Te cuento
un poquito más
Mota es mi reflejo, refleja mi esencia, mi energia y mi amor por las manualidades que son mi pasión desde niña.
El macramé es mi segundo amor.
Mi hija Olivia es el primero, ¿por qué te cuento esto? Porque ella fue mi inspiración para aventurarme en este mundo de emprender.
Sus rulos dorados son los culpables del nombre del emprendimiento y ella mi ayudante desde el día uno; es mi modelo y hasta me ayuda a diseñar.
Soy una persona con mucha energía y un poco ansiosa, y encontré en el macrame mi terapia.
Cuando tejo me olvido literalmente del mundo y solo me entrego a disfrutar del proceso de crear.
Cuando tejo dejo volar mi imaginación, me asombro de las cosas que soy capaz de hacer con mis manos.
Cuando tejo soy feliz, y eso se transmite en cada una de mis piezas decorativas, donde dejo el corazón y el alma.
